No te identifiques a ti mismo con tus deseos. Dejar que los deseos nos definan es la forma más degradadante de la esclavitud. El dominio propio es la verdadera libertad. Podemos tener razones para querer hacer esto o aquello; pero querer hacer algo no es necesariamente una razón para hacerlo. Los deseos no son razones. “Gay” y “no gay” al igual que “heterosexualidad” y “homosexualidad” son términos ideológicos, y falsos. No existen. No hay “gay” o “no gay”
Read MoreLas iglesias se están volviendo temerosas de ofrecernos su apoyo, ya que cualquier enfoque que sugiera la sanidad emocional o la restauración en la sexualidad personal podría etiquetarse de "terapia de conversión" o peor aún, odio anti-LGBTQ. Nosotros, los cristianos que hemos vivido como LGBTQ, ya sea de manera abierta u oculta en nuestras iglesias, lidiamos con nuestra respuesta pública a Cristo. El revuelo por la supuesta “terapia de conversión" demuestra el doloroso desafío de esa búsqueda.
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