IDENTIDAD ERRÓNEA: NO EXISTE "GAY" NI "HETERO".

Entonces, ¿quiénes somos? ¿productos de una mutación aleatoria y de selección natural sin ningún significado o propósito? Eso explica muy poco realmente, y ofrece aún menos explicaciones de cómo debemos vivir. Blaise Pascal describe al hombre como una mezcla de “miseria y grandeza”, la “gloria y el desecho del universo”. Las inferencias del pecado y la bondad son reales y plantean algunas preguntas que vale la pena explorar.

Los judeo-cristianos afirman que fuimos creados a la imago Dei, la imagen de Dios, con un pasado, presente y futuro que es tan inspirador como cambiante. En “Encounters with Jesus” (Encuentros con Jesús), Tim Keller anota las afirmaciones del filósofo francés, secular y humanista Luc Ferry, sobre que la filosofía de los derechos humanos y de la dignidad vienen de los conceptos de haber sido creados a la imagen de Dios y que el Logos es una persona, sin la cual los derechos humanos “jamás habrían sido establecido como tales”. El primer filósofo de Europa, Jürgen Habermas, afirmó que el universalismo igualitario, del que surgieron las ideas de libertad y solidaridad social, derechos humanos y democracia, es el heredero directo de la ética judía, de la justicia y la ética cristiana del amor... Y que hasta el día de hoy, no hay alternativa a ello... todo lo demás es sólo charla ociosa postmoderna...

Entonces, si somos creados a la imagen de Dios, ¿por qué intercambiarla por un plato de guiso de lentejas como lo hizo Esaú? Si lo hiciéramos, fallaraíamos en apreciar quiénes somos y, por lo tanto, nuestro derecho de nacimiento ¿Qué puede alejarnos? El primer intento documentado en las Escrituras fue esta frase: “¿Así que Dios les ha dicho...?”, dicha por la serpiente a Eva (Génesis 3:1b, RVC). Y otra desviación de la verdad vino con eso: “No morirán. Dios bien sabe que el día que ustedes coman de él, se les abrirán los ojos, y serán como Dios, conocedores del bien y del mal” (Genesis 3:4-5, RVC). Pero Adán y Eva ya habían sido creados a la imagen de Dios, creados “como” Él. Así que la mentira de la serpiente era multifacética, subversiva, retorcida e incluso tenía un componente teológico/religioso. Cuando Jesús fue tentado por Satanás en Lucas 4, Satanás tuvo una aproximación bastante religiosa, citando un montón de escrituras para confundir a Jesús (citando con precisión, pero no en contexto). Satanás ataca la identidad y lucha para separarnos de quienes tendríamos que ser. La identidad equivocada es costosa.

Veamos la identidad falsa de LGBT. “Gay", como vocabulario revisionista, significaba ser desinhibido con respecto a los límites sexuales (los heterosexuales), muy parecido a “swinger”. Luego se convirtió en la palabra que identificaba a los hombres que tenían sexo con otros hombres. En cualquiera de los casos, “gay” era “despreocupado”, libre de las normas sexuales. David Benkof, historiador gay entrenado en Stanford, explicó que estudiosos de la historia gay y la antropología y casi todos los mismos LGBT han demostrado decisivamente que la homosexualidad es un producto de la sociedad occidental originado hace unos 150 años... Los historiadores gays y lesbianas no solo afirman que antes del siglo XIX nadie era llamado "gay", dicen que nadie era gay (ni heterosexual)... la homosexualidad era generalmente algo que uno podía hacer, no algo que uno podría ser... En lenguaje técnico, Benkof dice que ser gay está en el software de la vida de algunas personas, pero no está en el hardware de nadie.

El ensayo introspectivo de Michael W. Hannon “Against Heterosexuality” (En contra de la heterosexualidad) describe con mayor detalle la falsedad del “esencialismo de la orientación” y su pasado oscuro. Hannon comienza con la declaración provocadora de Gore Vidal: “En realidad no existe tal cosa como la persona homosexual, tampoco tal cosa como la persona heterosexual”. Hannon explicó que los aristócratas europeos del siglo XIX lanzaron la terminología homosexual/heterosexual para reemplazar los conceptos religiosos desaventajados del pecado, la ley natural y el autocontrol sexual, que reforzarían el matrimonio y la procreación, convirtiendo así la "homosexualidad" en una cuestión psiquiátrica y "heterosexualidad" (y cualquier práctica inmoral en ella) en algo normal. Él cita a Yale y al historiador sexual izquierdista de la NYU, Jonathan Ned Katz, "contrariamente a la bio-creencia de hoy, el binario heterosexual/homosexual no está en la naturaleza, sino que está socialmente construido, por lo tanto es deconstruible".

Hannon alega que la distintición de lo heterosexual/homosexual desvía, pretendiendo no ser una construcción social, sino una catgoría natural innata; es muy limpio, ordenado y absoluto; hace que los adolescentes entren en pánico sobre la identidad sexual; y es corrosivo para la fidelidad cristiana. ¿Cómo? “Canonizar” atracciones y tentaciones obstaculiza su tiempo correcto y exagera su importancia. La homosexualidad aumenta la oportunidad de pecar por la “dramatización de la tentación” entonces esto "esclaviza aún más al pecador” (“es quien soy”), intensifica la lujuria, pues exagera el significado del deseo, y fomenta la autocompasión que alimenta la titularidad. ¿Por qué obedecer los mandamientos cuando tienes el derecho a la gratificación sexual por quien eres? Para mí, esto nos lleva de regreso a Proverbios: “Hay caminos que al hombre considera rectos; pero que al final conducen a la muerte” (Proverbios 14:12; 16:25, RVC). El apóstol Pablo advirtió: “Cuídense de que nadie los engañe mediante filosofías y huecas sutilezas, que siguen tradiciones humanas y principios de este mundo, pero que no van de acuerdo con Cristo” (Colosenses 2:8, RVC).

La literatura científica y médica prefiere definiciones claras en cuanto a HSH  (hombres que tienen sexo con otros hombres) y MSM (mujeres que tienen sexo con otras mujeres), ya que los comportamientos son auto-explicativos. Comportamientos, no identidad. La Dra. Lisa Diamond, una líder LGBT e investigadora para la Asociación Americana de Psicólogía y coeditora jefe de su Manual de sexualidad y psicología (Handbook on Sexuality and Psicology) de 2014, escribió que actualmente no hay un consenso científico o popular que “califica” de forma definitiva a un individuo como lesbiana, gay o bisexual. Paul McHugh, el famoso psiquiatra de Johns Hopkins, escribió en su informe amicus al Tribunal Supremo de EE.UU. con respecto a Obergefell vs. Hodges, que la orientación sexual es un fenómeno complejo y amorfo y que no hay consenso científico sobre cómo definir la orientación sexual, y las diversas definiciones propuestas por los expertos producen clases sustancialmente diferentes.

El profesor de Princeton, Robert P. George, ofrece de manera solidaria una especie de guía: “No te identifiques a ti mismo con tus deseos. Dejar que los deseos nos definan es la forma más degradadante de la esclavitud. El dominio propio es la verdadera libertad”. Él también dijo que podemos tener razones para querer hacer esto o aquello; pero querer hacer algo no es necesariamente una razón para hacerlo. Los deseos no son razones.

Mi punto es que “gay” y “no gay” al igual que “heterosexualidad” y “homosexualidad” son términos ideológicos y falsos. No existen. No hay “gay” o “no gay”

Hasta hace un siglo y medio, la sexualidad era un verbo, no un sustantivo; un comportamiento y no una identidad; lo que haces, no lo que eres. El autoidentificado artista gay y escritor, Brandon Ambrosino ofreció esta concesión: "Mi homosexualidad no es el aspecto más fundamental de mi identidad; me parece que alguien podría desaprobar ideológicamente mi expresión sexual mientras simultáneamente ama y afirma mi identidad más amplia". Y así debemos hacerlo. Pero también animemos a la gente en sus identidades verdaderas y no afirmemos las falsas y dañinas, sin importar el espíritu de la época.

Reimpreso con permiso de la Asociación Cristiana Médica y Dental.

Artículo original: https://cmda.org/mistaken-identity-there-is-no-straight-or-gay/