¿POR QUÉ ES TAN DIFÍCIL DEJAR DE VER PORNOGRAFÍA?

Si estás leyendo esta publicación, hay una alta probabilidad que ya sepas la verdad: dejar el hábito de la pornografía es muy difícil. Hemos trabajado con miles de hombres y mujeres en todo el mundo que se sentían atrapados por la pornografía durante años. Si te sientes de esta manera, tienes que saber esto: no estás solo. Superar el hábito de la pornografía es un proceso largo y desafiantes que conlleva muchos pasos. (¿Paso uno? Se honesto contigo mismo. ¿Paso dos? Se honesto con alguien más). Conforme continúas tu caminar hacia la libertad, el entender por qué dejar [la pornografía] es tan difícil te ayudará. Esta breve guía es un buen lugar para comenzar.

Desde su prevalencia hasta en como afecta la química de nuestro cerebro para mantenernos lejos de pedir ayuda, la pornografía combina de forma única factores que lo hacen altamente adictiva. Piensa en la adicción a la pornografía en la misma categoría como la adicción a la cocaína-si la tuvieras sin límite, podrías acceder en segundos.

FÁCIL ACCESO A LA PORNOGRAFÍA

Nunca ha sido tan fácil tener acceso a la pornografía. Con aproximadamente 80 por ciento de adultos estadounidenses con un celular inteligente, prácticamente todos llevamos un suministro sin límite de pornografía en nuestros bolsillos. Todos nosotros en The Freedom Fight aceptamos la tecnología y reconocemos los beneficios en el aumento de acceso a la información, arte, entretenimiento y comunicación que trajeron los celulares inteligentes y el internet de alta velocidad. Pero las cifras de pornografía en el internet que estas conllevan, que muchas veces parciales y poco fiables, son alarmantes.

  • Aproximadamente 10-15 por ciento de todas las búsquedas del internet son para contenido explícito (Forbes).

Los sitios de pornografía presumen la cantidad de usuarios que exceden a las de servicios populares de transmisión por mucho.

El uso de pornografía semanal auto reportado en algunos segmentos es tan alto como 87 por ciento (Statista).

Esto no es noticia. Y para ti, las cantidades no importan tanto como tu propia experiencia. Tener una computadora asombrosa, poderosa y completamente portátil en nuestros bolsillos cambió las cosas para siempre-y no estábamos listos para algunos de estos cambios.

Comparemos el uso de pornografía con el de alcohol, otra adicción común.

No puedes servirte un vaso de whiskey desde tu iPhone. Probablemente solo se te ofrecen bebidas gratis ocasionalmente. Si estás tomando en la séptima noche en una semana, lo más probable es que tengas que regresar a la licorera-otra vez-y hacer contacto visual con el cajero que ya has visto varias veces en pocos días.  Si tomas en el trabajo, alguien notará el olor o que articulas mal o ambos.

A diferencia, el uso de la pornografía es gratis, anónimo y difícil de identificar-y lo puedes hacer donde sea que tengas conexión a internet. La pornografía tiene una dinámica única, pero la pornografía afecta nuestros cerebros de modo significativo como algunas drogas que son mucho más difíciles de obtener.  

La pornografía nos hace perseguir un alto nivel de dopamina

Cuando nos excitamos sexualmente, nuestro cerebro libera dopamina, un químico que crea sentimientos de placer (entre otras cosas). Este químico es una parte integral y vital de nuestra biología. Cuando le sonríes a alguien porque ellos te sonrieron, ambos sintieron los efectos de la dopamina. ¿Te sentiste bien después de correr esta mañana? Eso fue la dopamina. ¿Te encuentras viendo tu celular de forma inconsciente cada vez que vibra en tu bolsillo? Quieres esa dopamina que estás probablemente apunto de recibir de cualquier mensaje que esperes.

Después que liberamos la dopamina, la queremos de nuevo y repetiremos este comportamiento que causó esta liberación. Míralo como una característica maravillosa diseñada para recompensar al hombre y mujer por unirse en una actividad sexual natural (como muchas otras cosas)-una que ha sido sobre utilizada por la pornografía.

La pornografía causa que el cerebro libere dopamina, como el sexo natural. Pero con la pornografía, hay menos barreras para repetir estas liberaciones, no hay que crear un ambiente, enamorar, no se necesita una pareja.

Lo que inicia como algo placentero puede de forma rápida puede escalar hacia algo mal, convertirse compulsivo conforme buscamos ese sentimiento de placer una y otra vez. Es especialmente verdad cuando una solución rápida de placer se convierte una alternativa a los sentimientos de estrés, tensión u otras emociones negativas en la vida. Los expertos en adicciones nos dicen que cuando alguien usa substancias adictivas para medicar el dolor o emociones negativas en su vida es el momento en que nace una adicción. El uso de la pornografía pudo haber empezado por curiosidad o por placer sexual pero en un instante se puede convertir en la manera que afrontamos la vida.

La pornografía activa un proceso poderoso, biológico dado por Dios en una manera que nos deja drenados y no satisfechos.

Cuando usamos pornografía para sentir la dopamina para medicar el dolor, toma un nivel más profundo, un nivel emocional. Los hombres y mujeres que se encuentran en esta situación muchas veces se les es extremadamente difícil parar de ver pornografía.

Slowly, the law of diminishing returns begins to take effect. We need more stimulation in order to get the same reward, and we want two things: Increased frequency and increased variety; more time with porn, often digging into darker content that’s novel and triggers our arousal and the ensuing dopamine hit like it did when we first started using. The people creating porn know who we are and what our flesh desires, and they’ve made the content to suck us ever downwards.

Lentamente, vas a necesitar más y más. Necesitamos más estimulación para poder obtener la misma recompensa, y queremos dos cosas: más frecuencia y más variedad; más tiempo con la pornografía, que muchas veces se mete en contenido más oscuro que es novedoso y que detona nuestra excitación y por consiguiente la dopamina nos pega como lo hizo al principio. Las personas que crean la pornografía saben quiénes somos y lo que nuestra carne desea, y han creado el contenido para llevarnos a la perdición.

CON LA PORNOGRAFÍA, MUCHAS VECES LUCHAMOS SOLOS

¿El resultado? Soledad. El silencio es tan profundo que parece ser fuerte en nuestros oídos; un aislamiento que creamos simultáneamente para nosotros mismos y lo odiamos.

Innumerables creyentes nos han contado la vergüenza que sienten después de haber usado pornografía y el miedo que sintieron cuando se imaginan si los descubrieran. Par muchos adictos a la pornografía, es lo último que le admitirían a alguien, que hace casi imposible crear relaciones auténticas y obtener ayuda.

Dios nos creó y diseñó para intimidad, para ser amados y aceptados por Él y otros. ¡Aún Dios es parte de un grupo pequeño! Padre, Hijo y Espíritu comparten una unidad eterna y fuimos hechos a Su imagen.

Dios le dijo a Adán y Eva que se volvieran uno, y no solo lo dijo físicamente. La unidad espiritual y emocional son necesidades centrales humanas y los matrimonios sanos son el lugar para cultivarlos. Un hábito de pornografía oculto crea hierbas que ahogan la verdadera intimidad en todos los niveles, y deja a creyentes casados sintiéndose aislados aún durante el sexo con sus cónyuges.

LAS RELACIONES TE AYUDARAN A CRECER

Las adicciones no se forman en un abrir y cerrar de ojos, y, excepto por un milagro, tampoco se dejan en una noche. Muchos profesionales dicen que las adicciones a la pornografía son las más difíciles de superar. La pornografía siempre está presente y nuestros cerebros aprenden a desearlo y nuestra propia carne nos traiciona y quedamos muy avergonzados como para buscar ayuda.

Pero lo que es imposible para el hombre es posible con Dios. Él nos ha dado una salida, como lo prometió que lo haría: pero fiel es Dios, que no os dejará ser tentados más de lo que podéis resistir, sino que dará también juntamente con la tentación la salida, para que podáis soportar.

Puedes tener libertad de la pornografía. Para muchos, es un largo viaje que requiere fe en el poder de Dios y sus promesas. Uno de los primeros pasos es romper ese aislamiento y obtener ayuda. Si eres creyente, escoge un programa de recuperación que te ayude a crecer en tu entendimiento y en tu identidad en Cristo. No solo intentes cortarlo: esto es acerca de desarrollar un nuevo estilo de vida.