NO VIVIR SEGÚN LAS REGLAS DE OTRAS PERSONAS.

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VIVIENDO SEGÚN TUS VIRTUDES

¿Alguna vez te has sentido tan abrumado por la vida que te bloqueas y te cuesta tomar decisiones? ¿O tal vez te encuentras en situaciones que drenan tu energía y prolongan tu mal estado de ánimo? La verdad es que la vida no siempre es perfecta y algunas veces no somos la mejor versión de nosotros mismos. Y aun más cierto es que podemos armarnos de herramientas para que cuando estemos en aguas agitadas, podamos seguir siendo lo que Dios nos ha llamado a ser.

Hace años, leí un libro acerca de Benjamín Franklin. El autor relataba que desde temprano en su vida, Franklin decidió quién quería ser y escribió trece virtudes para guiar sus decisiones y así ser esa persona. ¡Qué persona tan intencional!

Benjamin Franklin no quería que sus emociones, sus circunstancias o la presión de complacer a otros determinara su destino, definiera su persona o dictara su legado. Como puedes imaginarte, realmente me inspiró la idea de vivir de acuerdo con mis virtudes en lugar de vivir según las circunstancias de mi vida. Tanto que escribí mi propia lista de virtudes. El proceso de visualizar para qué fui creado y llamado a ser y después escribir las virtudes que harían que me convirtiera en esa persona fue muy emocionante.

 

MIS NUEVE VIRTUDES

Aquí están algunas de las mías — tal vez te ayuden a inspirarte a ti también:

1.     Serviré primero a Dios y siempre lo honraré, tanto en la vida como en la muerte.

2.     Seré honesto, leal, digno de confianza y un hombre de palabra, cueste lo que cueste.

3.     Mantendré mis valores no importa cuánto me cueste, y si fallo, me arrepentiré en seguida.

4.     Trataré a todas las personas con respeto, sean amigos o enemigos, porque fueron creados a imagen y semejanza de Dios.

5.     Me esforzaré por amar a todos, a pesar de sus opiniones, actitudes o convicciones y, a pesar de como me traten.

6.     Seré fiel a mi esposa, tanto en mis pensamientos como en acciones hasta la eternidad.

7.     Viviré para bendecir y fortalecer a las generaciones venideras y dejaré una herencia tanto en lo espiritual como en lo natural por tres generaciones.

8.     Nunca trabajaré por dinero ni me venderé a ningún precio. Solo me motivará hacer lo correcto y recibir el sustento de Dios. Prometo ser generoso independientemente de mis circunstancias.

9.     Viviré mi vida para sacar lo mejor de las personas y llevarlas a un encuentro con el Dios vivo y real.

Las virtudes nos ayudan a vivir de adentro hacia afuera en lugar de vivir de afuera hacia adentro. Ya no vivo según las reglas de otras personas. En lugar de eso, vivo a través de mis valores que guían mis actitudes y en su momento determinan mis decisiones. Las decisiones dictan mi conducta. Mi conducta se convierte en la manifestación de mi personalidad, y mi personalidad me guía hacia mi destino.

 

¿Tienes una lista de virtudes a través de la cual vives? Si no, te animo a que te tomes un tiempo y la escribas. ¡Creo que te vas a divertir mucho haciéndolo y probablemente estés más inspirado que antes para poner en práctica tu llamado!