TRES MANERAS EN LAS QUE EL AMOR NO ES CIEGO

Yo salí con la persona más demente. No, en serio, de verdad pienso que él estaba loco. Para ese entonces, ¡él parecía un chico genial! Gracias a mis amigos, solo me tomó dos meses darme cuenta de que mi príncipe azul era el sapo en realidad. Cuando terminé con él y casi tuve que llamar a la policía porque él enloqueció, y presentar una orden de prohibición de acercamiento debido a los meses de acoso, estaba claro que yo había tomado la mejor decisión. Sin embargo, los meses previos a esto, yo estaba cegada por lo nuevo y por los sentimientos confusos que todos disfrutamos en una relación. Por eso, dicen que “el amor es ciego”, pero hay un equilibrio en saber qué defectos pasar por alto y cuáles son las señales de advertencia importantes. Dado que mi visión estaba borrosa, mi familia y amigos me ayudaron a corregir mi vista. Hubo tres señales de advertencia, que junto con mis amigos pudimos identificar, que me ayudaron a evitar cometer un ENORME error al comparar al amor verdadero con este amor falso.

1) EL AMOR NO ES EGOÍSTA

Yo soy una persona muy motivada que ama trabajar y cumplir con sus tareas. Soy una persona que “tiene metas y controlo que las cumpla”. Me di cuenta que yo no estaba cumpliendo tanto con mis cosas y mis amigos comenzaron a quejarse de que yo había desaparecido del mapa porque este chico requería mucho de mi tiempo. Al principio, esto parecía lindo. Él solo quería saber cómo iba mi día, qué estaba haciendo, y para decirme que me extrañaba. ¿A quién no le gusta sentir que lo extrañan? Sin embargo, hay una línea delgada entre alguien que te extraña y alguien que es dependiente o controlador. Aun después de explicarle la importancia de mi trabajo y cómo es mi personalidad, él seguía metiéndose en mi vida de maneras inapropiadas. Él se metía sin ser invitado en las charlas que yo daba, planeaba citas elaboradas y viajes todo el tiempo, estaba siempre enfermo o lidiando con algo, y hacía cualquier otra cosa que pudiera absorber mi tiempo y atención. El amor es sacrificial. Pone los deseos de la otra persona sobre los propios. Así que, si él me amaba y se preocupaba por mí, él hubiese respetado mi trabajo y honrado mis solicitudes; él no me hubiese culpado cuando intenté poner límites; él no hubiese forzado su forma de hacer las cosas en mi vida. Con el tiempo, el involucrarse en la vida del otro evolucionará naturalmente, pero este chico estaba acelerando todo. Él estaba obsesionado y yo me sentía sofocada.

2) EL AMOR NO SE FUERZA

Siempre que me interesa alguien, le cuento a mis amigos y familia de inmediato, porque sé que “los químicos del amor” arruinan nuestro juicio en gran manera. En el pasado, pudo haber algunos de mis amigos y familia que no les gustaba mucho con quien yo estaba saliendo, pero en este caso, a la gran mayoría su instinto lo sabía de inmediato y me advertían. Pensé que quizá no lo conocían bien y que eso tomaría un poco de tiempo, pero ese sentimiento en ellos solo se hizo más fuerte. Personas al azar, que yo conocía solo de vista, comenzaron también a advertirme. Yo estaba muy confundida, porque yo había recibido, lo que percibí, como una confirmación acerca de este chico. En el caso de que no sepas, nuestro enemigo puede escuchar tus oraciones también y tergiversarlas para que te lleven lejos de la voluntad de Dios. Nunca había considerado eso porque pensé que tenía la confirmación de Dios. Intenté que funcionara, porque pensé que ya estaba todo listo. Este era el chico con el que se suponía que tenía que casarme. Lo creas o no, puedes estar equivocado y las personas más cercanas a ti van a ayudarte a discernirlo. No te olvides de que el enemigo es estratégico y su plan es “matarte y destruirte”. El acceso más fácil para llegar a nosotros es a través de las relaciones, porque ahí es cuando bajamos la guardia, nos volvemos los más vulnerables y nuestras necesidades básicas de amor, afecto y aceptación son fáciles de manchar con una versión falsificada.

3) EL AMOR ES PACIENTE.

Está bien tener citas con la mentalidad de llegar al matrimonio. Después de todo, ese es el propósito del noviazgo. No está bien apresurar algo bueno que toma tiempo. No sacarías del horno un pastel mucho antes de tiempo y comenzarías a comerlo esperando que sepa igual que la versión totalmente cocida, fría, helada y decorada que te encanta, ¿verdad? No, a menos que seas fanático de la masa caliente. Puede que tengas los mejores ingredientes en el pastel, pero a menos que tengas la paciencia suficiente para dejar que se convierta en un pastel delicioso, nunca lo será. Habrás desperdiciado lo que podría haber sido una experiencia maravillosa para el paladar por el simple hecho de no poder esperar. Sucede lo mismo con el matrimonio y con encontrar a la persona correcta. Toma tiempo. Apresurarse solo puede arruinarlo. Si tu amor es real y verdadero, la espera no será un problema, porque la paciencia es una de las virtudes centrales del amor. En esa espera, también hay fidelidad. No se tiene ojos para nadie más ni se tiende a deambular. El amor consume, y al verdadero amor solo puede consumirlo una sola persona. Y no me refiero a un consumo dañino, sino a uno que satisface y da vida. Esta es la diferencia entre una fogata y un incendio forestal: uno tiene el propósito de proveer calor y fuego para el alimento, mientras que el otro solo busca destruir. Este último no tiene un plan; solo se mueve por capricho.

Ese es el tipo de “amor” en el que me encontraba. Era confuso porque no era verdadero. No tenía sentido porque no era real. Era una falsificación. Pero me enseñó mucho y estoy agradecida por las personas que no se callaron. No desprecies las advertencias de aquellos que te rodean. El enemigo te dirá que la preocupación de esas personas es la desaprobación y que ellas están en tu contra, que no te entienden. Créeme, sí te entienden y hacen lo mejor que pueden para protegerte y valorarte. Aun cuando sea duro y no sea lo que quieras oír, tú escucha a esas personas que han sido las más leales y te han amado sin obtener nada a cambio. Escúchalas. Tu comunidad confirmará tus circunstancias si son de Cristo. Y si no lo son, entonces déjalo ir.