¿Qué Hacer Cuando Estás Casado y Te Atrae Alguien Más?
Estás felizmente casado y comienzas un nuevo trabajo en el que hay personas muy atractivas a tu alrededor. ¿Qué haces? Eres un padre que recoge a su hijo de la escuela donde también hay otros padres atractivos. ¿Qué haces? Trabajas de cerca con líderes atractivos dentro del grupo de alabanza. ¿Qué haces?
Podría darte un sinfín de escenarios en los que nos vemos rodeados por el sexo opuesto constantemente todos los días. Sin embargo, no creo que sea necesario. La realidad es que, en algún punto en nuestro matrimonio, nos encontremos “fijándonos en alguien que no es nuestro cónyuge”. Primero, déjame decirte… “NO HAY POR QUÉ TENER REMORDIMIENTO”. Que otro ser humano te haya parecido atractivo no te hace infiel ni infelizmente casado. Dios creó a algunas personas en verdad hermosas en este mundo y su arte me asombra. En lo personal, yo me he dado cuenta de que noto personas lindas todo el tiempo. Si observar a la gente fuera un deporte, yo de seguro sería una jugadora profesional. Algo que también me he dado cuenta de mí misma es que debo guardar mi mente y mi corazón para no fijarme en el atractivo de las personas por mucho tiempo. Ahí es cuando de “observar” pasas a “desear” y tu mente (y corazón) comienza a dirigirse hacia un territorio peligroso.
Aquí te dejo algunas pautas que me han ayudado a lo largo del camino:
1. Sé consciente de ti mismo. ¿Te das cuenta de que sigues mirando en esa dirección y te fijas en esas personas a diario? Tómate el tiempo para reconocer esta atracción y sé honesto contigo mismo. ESTO NO QUIERE DECIR QUE TÚ QUIERAS DEJAR A TU CÓNYUGE Y COMENZAR ALGO NUEVO. Solo significa que estas personas son atractivas y que Dios creo algo hermoso. Recuerda que eres fuerte y tienes el control de ti mismo.
2. Pon límites personales. Los límites protegerán tu corazón, tu mente y tu matrimonio. Haz todo lo posible para no quedarte a solas con esas personas en el mismo espacio. Mantén tus conversaciones sencillas y distantes. Esto ayudará a evitar que se desarrolle una falsa sensación de conexión o una amistad inapropiada.
3. Sácalo a la luz. Ha habido veces en las que no podía deshacerme de la atracción que sentía por una persona. Esto comenzaba a impregnar mis pensamientos aun cuando esa persona no estaba cerca. Sabía que era el momento de hablar con mi cónyuge. Solo con sacarlo a la luz y compartir mi preocupación, yo exponía la situación para que el enemigo no tuviera la oportunidad de hacer crecer esta atracción en la obscuridad. Tener esta conversación requerirá de humildad y valentía. Por favor, no esperes mucho. Se valiente y hazlo tan pronto te des cuenta del problema. Mi conversación sería más o menos así: “Me siento atraída hacía _______ y no quiero darle lugar al enemigo a que se tome de esto. Como te amo y valoro nuestro matrimonio, quiero incluirte en mi proceso. Podrías orar por mí y apoyarme”. También le daba el permiso a mi esposo de preguntarme seguido acerca de cómo iba la situación. (Prometía ponerlo al día siendo honesta y no reaccionar a la defensiva). Lo que descubrí fue que, tan solo con traerlo a la luz, mi problema desaparecía a los pocos días. Esa persona no se volvía fea mágicamente de un día para otro, pero el enemigo ya no tenía ocasión de tentarme. Yo estaba comprometida a ser honesta en mi relación.
4. Mantén una conexión cercana al corazón de tu cónyuge. Sin duda, parte de esa atracción por otra persona puede que venga de la falta de conexión en tu matrimonio. Por favor, por favor, por favor, haz que el tener un tiempo de intimidad para conectar con el corazón de tu cónyuge sea una prioridad. Haz lo que se requiera para mantener un matrimonio sano y vulnerable. Si crees que necesitas tener la conversación que mencione antes, ten en cuenta que es una oportunidad para acercarse más el uno al otro. Es una conversación que le deja saber a tu cónyuge que tu matrimonio te importa lo suficiente que estás dispuesto a arriesgarte a que se moleste. Le deja saber que tú no le guardas secretos y que ambos juegan para el mismo equipo.
5. Ora por tu matrimonio (y por el de la otra persona). Cada vez que siento que el enemigo está intentando despertar en mí sentimientos de atracción hacia alguien más, lo contrarresto bendiciendo mi matrimonio. Declaro en voz alta: “Yo elijo a mi cónyuge. Yo elijo a mi matrimonio y bendigo mi relación para llegar a tener mayor intimidad y conexión”. Si la otra persona está casada, yo oro para que tenga también bendiciones y una mayor conexión en su matrimonio. Al enemigo no le agradan nuestras oraciones y tiende a dejarme tranquila después de que oro.
Sentirte atraído por alguien no quiere decir que tengas que obedecer a esa atracción. No quiere decir que cometiste un error y te casaste con la persona equivocada. Sí, existe la posibilidad de que sea una señal de desconexión que necesita arreglarse o… quizá seas un ser humano normal que se fija en otros seres humanos que le resultan atractivos.
No hay por qué tener remordimiento. Tienes el poder para establecer límites. Tú tienes el control de ti mismo y de cómo manejas tus pensamientos. Tú tienes el poder para mantener la honestidad y la intimidad en tu matrimonio. Tienes la oportunidad de elegir a tu esposo una y otra vez. ¡Mantén la calma y mantén la conexión encendida!