PORQUE TU “TIPO” NO SIEMPRE ES BUENO PARA TI

Cuando era soltera, con frecuencia me imaginaba cómo iba a ser mi futura relación. Me preguntaba por el tipo de hombre con el que terminaría saliendo y eventualmente me casaría. Intentaba imaginar quién iba a ser él y cómo se vería. Me preguntaba si cuando eventualmente tuviera una fotografía de él, me sentiría orgullosa de presentarla a mis amigos, o me encontraría con alguien con un corazón increíble, pero con el cual lucharía por encontrarlo atractivo. Sé que no estoy sola en esa preocupación porque he escuchado de muchas personas que expresan las mismas preocupaciones.

 Encontrar a alguien a quien estás atraído físicamente es una parte importante de la ecuación de una relación sana. Pero no es la única parte de la ecuación de la atracción. Es importante que entendamos que la atracción es multifacética. Mientras que la atracción puede comenzar siendo física, esta es alimentada por otros aspectos de la conexión: emocionales, mentales y espirituales.

Estoy agradecida de haberme casado con un hombre que encuentro atractivo. Pero me sorprendí por mi creciente atracción hacia él porque él no era lo que llamo “mi tipo”. La atracción física es una necesidad legítima en una relación, pero debe mantenerse con la perspectiva adecuada pues solo porque estés atraído físicamente hacia alguien, no significa que sea bueno para ti. A veces estamos atraídos físicamente a las personas porque algo malsano en nosotros conecta con algo malsano en ellas. Es por eso que la atracción física inicial debe ser mantenida en la perspectiva adecuada. A veces está distorsionada por nuestras propias luchas internas, y otras veces, está distorsionada por lo que el mundo nos ha guiado a creer que es “atractivo”.

EXPECTATIVAS SANAS

Mientras estás en la búsqueda de una relación, es importante que te asegures de que la atracción física sea parte de la ecuación, pero aún más importante, es asegurarte de que tengas las expectativas adecuadas. Es importante recordar que las expectativas de perfección física o el cumplimiento de la fantasía egoísta no son realistas. La gente real tiene cuerpos reales, y nuestras expectativas deben ser reales también. No se trata de encontrar una esposa supermodelo o esperar casarte con el Sr. Universo.

Esto puede sonar como algo obvio para ti, pero vivimos en una cultura donde los conceptos de química sexual y atracción física se han convertido en una distorsión total, completa e irreversible. La industria del entretenimiento y la cultura de la pornografía han devastado completamente nuestro entendimiento de la belleza, es decir, de la belleza de una verdadera mujer. Y esta mentalidad distorsionada está empezando a filtrarse en la iglesia de forma preocupante. Lo sé, porque lo escucho todo el tiempo de Millennials que luchan con expectativas irrealistas de atracción física. Un joven hombre tenía miedo de casarse con una mujer increíble porque sus brazos eran muy grandes. Una mujer joven dudaba de comprometerse con un hombre de Dios porque él era más bajo de lo que ella esperaba. Antes de comenzar a juzgar consideremos las formas en las que todos venimos a la mesa con perspectivas irreales.

Nuestro concepto de belleza y atractivo sexual ha sido completamente secuestrado con el pasar de los años al punto donde nuestras expectativas se han vuelto irreales. No consideraríamos ver a alguien atractivo si no se ajustan al estándar que Hollywood ha establecido para nosotros, o a los filtros que Instagram nos ha convencido que son la vida real. Pero tenemos que abrir los ojos al hecho de que el estándar que nos hemos alimentado está alejado de la realidad.

La belleza es fluida. Y nuestros deseos, así como las personas que encontraremos atractivas, se transforman y cambian en base a las cosas a las que nos permitimos exponernos. En ese sentido, tenemos algún tipo de control sobre las cosas que definimos como atractivas y hermosas.

En una cultura que está saturada de pornografía, carteleras y revistas retocadas, cirugías plásticas, y filtros de Instagram, nuestro estándar de “belleza” se ha alejado tanto de la verdad que está causando un grave daño a nuestras expectativas relacionales —tanto para hombres como mujeres. Mientras más imágenes irreales entren a nuestra mente, más distorsionado será nuestro concepto de belleza. Soltero o casado, te puedes exponer a ti mismo a tanta “fantasía” que las mujeres y hombres reales en tu vida comienzan a perder su brillo.

NECESITAMOS UN REINICIO

La única manera de devolver nuestras expectativas a la realidad nuevamente es darnos cuenta de que necesitamos un reinicio. La razón por la que decimos "no" a las expectativas distorsionadas de atracción es que la belleza de la piel sólo puede durar cierto tiempo. Dentro de los próximos 50, 30 o incluso 10 años, tu cuerpo, así como el de tu cónyuge habrán cambiado, y probablemente distintas partes se habrán caído o estirado más allá del reconocimiento. Luego de algunos bebés, una cirugía o dos a lo largo del camino, y del incesante proceso de envejecimiento, puedo garantizarte una cosa: ninguno de los dos se verá igual. Por eso es tan importante que te asegures de que tus expectativas del atractivo físico se mantengan bajo control, porque es solo una parte de la ecuación de la atracción que perdurará.

En el matrimonio, verás a tu cónyuge en su peor estado. Lo verás en su estado más natural. antes de peinarse, de maquillarse y de ponerse sus accesorios. Lo verás a través de los lentes de la vida real, que no oculta el mal aliento, la celulitis u otras imperfecciones. Estarás con tu cónyuge en los días de enfermedad y de cansancio. Lo que en última instancia definirá tu matrimonio, y en última instancia, tu propia vida, no es el "estatus de supermodelo" de tu marido o esposa, sino más bien, su carácter.

Lo que en última instancia definirá tu matrimonio, y en última instancia, tu propia vida, no es el "estatus de supermodelo" de tu marido o esposa, sino más bien, su carácter.

Tu cónyuge será la persona que tendrá mayor influencia sobre tu felicidad, tu confianza y tu seguridad. Tu cónyuge será la persona que caminará contigo a través de los altos y bajos de la vida, te ayudará a criar a tus hijos, e influenciará a tu familia de todas formas. De acuerdo con Proverbios, una esposa (o esposo) de carácter es un tesoro. (Proverbios 31:10). Y aquel que la encuentre encuentra algo grandioso, algo a lo que valga la pena aferrarse, pase lo que pase. Sé de muchos matrimonios que comenzaron con una “gran química física” y se desvaneció en nada en unos pocos años. También conozco muchos matrimonios que empezaron con el fundamento de un buen carácter y la santidad y continuaron creciendo en intimidad, respeto y amor.

Es hora de que nos levantemos en medio del ruido de esta cultura y establezcamos nuestras expectativas sobre las relaciones y estándares en las cosas que de verdad importan. Es tiempo de reiniciar nuestro estándar de belleza apagando la influencia de la basura irrealista y llenando nuestras mentes y corazones de la verdad.

La belleza es efímera (Proverbios 31:30).

El encanto es engañoso (Proverbios 31:30).

La verdadera belleza está en el interior (1 Pedro 3:3-4)

La verdadera atracción es multifacética.

La belleza interior no se puede fabricar o replicar.

El carácter es lo que realmente define a una persona.

La salud espiritual triunfa sobre todo. (1 Timoteo 4:8)

Es hora de decir “no” a los estándares irreales que este mundo pone en nuestro camino. Esto empieza haciendo un inventario de lo que permitimos que nuestras mentes piensen y de la lujuria de nuestro corazón. Quizás esto signifique hacer un compromiso de alejarse de la pornografía. Quizás signifique apagar Netflix por un tiempo. Quizás signifique mantenerse alejado de Facebook o la TV o las revistas. Quizás signifique poner límites a cuánto tiempo pasamos en Instagram. Quizás signifique guardar nuestras conversaciones y cómo nos permitimos hablar acerca del sexo opuesto.

En definitiva, significa decirle que no a las mentiras que distorsionan nuestra percepción de la atracción física, y cambiarlo por la verdad. Es hora de reiniciar nuestro entendimiento del rol de la atracción física en nuestras relaciones románticas y recordar que la atracción tiene más que ver con el carácter que con la química.

Este artículo es un extracto del nuevo libro de Debra, Love In Every Season: Understanding the Four Stages of Every Healthy Relationship, “El amor en cada temporada: Entendiendo las cuatro etapas de cada relación sana” (solo disponible en inglés), y fue usado con su permiso. Para descubrir cómo cada temporada (primavera, verano, otoño e invierno) puede construir o destruir tu relación PIDE “EL AMOR EN CADA TEMPORADA” HOY.