DESCONECTANDO LA VERGÜENZA

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Lamentablemente, el divorcio está haciendo estragos en nuestras familias y en nuestra sociedad. Entre las principales razones del divorcio están la mala comunicación, las discusiones, la infidelidad y el estancamiento: Desconexión - Vergüenza.

El divorcio es una realidad en nuestra cultura porque la vergüenza es una realidad de nuestra cultura. La vergüenza está en la raíz de muchos de los problemas relacionales que nos impiden tener una conexión positiva, amorosa y saludable.

En un blog anterior, "Silenciar la vergüenza", definíamos la vergüenza como un sentimiento de no ser digno; es el sentimiento que dice:

"Soy malo"

" No soy querido"

" No soy deseable"

"Soy menos que"

" Soy menospreciado"

"Soy insignificante"

"No soy amado"

"Soy un error"

"No valgo nada"

Estos mensajes de vergüenza que nos gritan desde los rincones de nuestra mente y el fondo de nuestro corazón, libran una guerra contra la misma razón por la que fuimos creados: la Conexión.

CREADOS PARA CONECTAR

Fuimos diseñados para tener relaciones satisfactorias. Dios nos creó para relacionarnos con Él y entre nosotros en el matrimonio, la familia, la amistad, la comunidad de la Iglesia, el lugar de trabajo y la comunidad más amplia en la que vivimos.

La conexión es la clave para una vida plena y feliz.

1 + 1 = Plenitud

La afirmación "Ningún hombre es una isla" es cierta. Cuando Dios creó a Adán, dijo: "No es bueno que el hombre esté solo. Nos necesitamos unos a otros para estar completos. Tener conexiones saludables es crucial para tener una vida plena.

1 + 1 + Plenitud = Feliz

Las personas conectadas son personas felices. Nunca he conocido a una pareja de novios que parezca triste; no, normalmente van de la mano, sonriendo, riendo y disfrutando de la vida.

Las parejas felices normalmente no buscan consejería, sólo las infelices, que están tratando de encontrar o recuperar la conexión.

LA VERGÜENZA DESCONECTA LA CONEXIÓN

Desgraciadamente, es prácticamente imposible tener conexiones sanas cuando nos sentimos desconectados por la vergüenza.

La desconexión es sentirse:

1. Disminuido 2. Rechazado 3. Reducido 4. Indigno

Cuando nos sentimos desconectados, la vergüenza nos seduce hacia el secretismo, insiste en el silencio y da lugar a juicios.

Cuando empezamos a escondernos, temerosos de ser vulnerables, empezamos a culparnos a nosotros mismos y a los demás por la desconexión que sentimos, utilizando la culpa para lidiar con nuestros sentimientos de indignidad e impotencia.

En lugar de atraer a la gente hacia nosotros, la alejamos, creando una profecía autocumplida de que no somos dignos de amor y aceptación. El resultado es la desconexión.

LA VERGÜENZA ES EL MIEDO A LA DESCONEXIÓN

¿Por qué tenemos tanto miedo de lo que los demás piensen o digan de nosotros?

¿Por qué intentamos ocultar a los demás nuestros errores, deficiencias y limitaciones?

Tenemos miedo al castigo.

Tenemos miedo al rechazo.

Tememos que los demás no nos acepten por lo que realmente somos.

Tememos que si alguien nos ve como realmente somos, no nos amarán.

La vergüenza tiene sus raíces en el miedo.

El diablo (el "divisor") quiere bañarnos en vergüenza, porque la vergüenza engendra miedo, que engendra desconexión.

DESCONECTAR LA VERGÜENZA MEDIANTE LA CONEXIÓN

El amor perfecto echa fuera todo temor (1 Juan 4:18). Cuando nos liberamos del miedo, la vergüenza deja de apoderarse de nosotros y somos libres de arriesgarnos a buscar relaciones satisfactorias.

La conexión es sentirse:

1. Valorado 2. Aceptado 3. Afirmado 4. Digno

¿Quién no querría sentirse así?

Sólo podemos amar de verdad en la medida en que silenciamos la vergüenza, cultivando el valor, la aceptación, la afirmación y el valor dentro de nosotros mismos.

Estos sentimientos fundamentales de conexión comienzan con un encuentro con el amor de Dios.

Cuando Jesús fue bautizado, oyó decir al Padre: "Este es mi hijo, a quien amo; en él tengo complacencia" (Mateo 3:17). Fue a partir de esa revelación que Jesús pudo decir: "Yo y el Padre somos uno (Juan 10:30)". Jesús pudo tener una conexión sana con Dios y con los demás porque encontró el amor verdadero.

DESCONECTAR LA VERGÜENZA A TRAVÉS DEL AMOR

Sólo cuando empezamos a experimentar el amor de Dios podemos amarnos de verdad y aceptarnos tal y como Dios nos hizo.

Cuando una persona tiene la sensación de que es esencialmente mala, que no vale nada, es muy difícil tener relaciones sanas, porque sólo podemos amar a los demás en la medida en que nos amamos a nosotros mismos.

Jesús nos mandó amar al Señor y amar a los demás como a nosotros mismos (Marcos 12:31)". Del mismo modo, el apóstol Pablo exhorta a los maridos a amar a sus esposas como a sí mismos (Efesios 5:28).

¿No tiene sentido que, si Dios nos ama, nosotros también nos amemos?

La vergüenza nos dice que somos pecadores, malvados, malos, que no merecemos amor. Dios dice que somos la niña de Sus ojos, Su novia, Sus hijos, herederos, Su amigo, Sus elegidos, santos - el objeto de Su amor afectuoso.

Cuanto más creamos en la verdad sobre nuestra conexión de amor con Dios, más capaces seremos de amarnos a nosotros mismos y a los demás. La vergüenza ya no podrá desconectarnos de experimentar relaciones sanas e íntegras.

DESCONECTAR LA VERGÜENZA A TRAVÉS DE LA EMPATÍA

El amor se expresa en la empatía.

La empatía es el remedio contra la vergüenza.

La empatía es la receta divina que nos permite ser conocidos y conocer de verdad.

La empatía es:

 1. Ver el mundo como lo ven los demás 2. No emitir juicios  3. Comprender los sentimientos de otra persona 4. La capacidad de comunicar los sentimientos de otra persona

La empatía es ser capaz de identificar mis sentimientos y los de los demás, permitirme a mí mismo y a los demás tener esos sentimientos y hacer preguntas reflexivas para confirmar lo que se ha comunicado.

Los sentimientos no son correctos o incorrectos, simplemente son.

Cuando nos sentimos escuchados, nos sentimos conectados. Cuando escuchamos, invitamos a la conexión.

EN ÚLTIMA INSTANCIA, LA EMPATÍA SE CENTRA EN LOS DEMÁS.

El verdadero amor, que genera conexión, se preocupa por lo que sienten los demás. La Biblia dice: "El amor no es egoísta (1 Corintios 13:5)". Cuando somos capaces de entender los sentimientos y la perspectiva de otra persona, entonces somos capaces de conectar de forma sana y completa.

DESCONECTAR LA VERGÜENZA A TRAVÉS DE LA VULNERABILIDAD

La empatía requiere Vulnerabilidad.

Vulnerabilidad es:

1. Incertidumbre 2. Riesgo 3. Exposición emocional

Si deseamos tener relaciones sanas e íntegras, debemos aprender a ser vulnerables.

El apóstol Pablo escribió: "Estábamos encantados de compartir con ustedes no sólo el evangelio de Dios, sino también nuestras vidas (1 Tesalonicenses 2:8)". Estaba dispuesto a dejar que sus amigos vieran su verdadero yo en todas sus facetas.

He aquí 4 sencillos pasos para aumentar la vulnerabilidad:

1. Practica la gratitud hacia ti mismo y hacia los demás. 2. Honra lo Ordinario en ti mismo y en los demás. 3. Persigue la Alegría y el Amor hacia ti mismo y hacia los demás. 4. Empieza a arriesgarte a compartir tus sentimientos, así como a retroalimentar los sentimientos de los demás.

A medida que des pasos hacia expresar empatía y vulnerabilidad, no pasará mucho tiempo hasta que la vergüenza se haya desconectado, y la desconexión se transforme en una conexión más sana y completa.

Cuéntanos cómo te ha impactado este tema y sigue atento a los próximos blogs sobre cómo tratar los problemas de la vergüenza.