¿UN MATRIMONIO ROTO PUEDE SER SANADO?

Mark y Sherry tenían menos de un año de casados. Ahí estaban, sentados en mi oficina, diciéndome que yo era su última esperanza antes de optar por el divorcio.

Estaban cansados de los argumentos y el dolor que se causaban uno al otro. No importaba cuanto se esforzaran, parecía que no podían superar sus problemas.

Ya sea que hayas estado en un matrimonio durante un año o cuarenta, las relaciones pueden ser difíciles.

Tenemos estas ideas y expectativas de lo que un matrimonio debería ser, pero algunas veces las cosas no suceden como las planeamos.

A veces nuestras heridas, miedos e inseguridades se llevan lo mejor de nosotros. A veces nos encontramos atrapados en una situación que parece no tener salida.

Cuando se trata de relaciones rotas, es importante recordar que están sucediendo dos batallas. No solamente estamos luchando la batalla de la ruptura humana de nuestro matrimonio, sino que además hay un enemigo externo, trabajando al máximo para derrumbar este lugar seguro que Dios ha levantado. Él es un gran destructor y usará todo lo que pueda para quebrar los cimientos de tu relación y causar estragos en tu corazón.

Sé que algunos de ustedes están sintiendo ese dolor el día de hoy. Como consejera profesional, veo diferentes parejas sobre el espectro del quebranto. No solo eso, en mi propio matrimonio he conocido de primera mano la lucha que a veces puede haber. Alrededor nuestro habrá personas heridas, haciendo lo mejor que pueden para recoger los pedazos de sus expectativas desechas, sintiéndose completamente solas.

A pesar de que cada pareja viene con una baraja de necesidades únicas, hay tres cosas que siempre presento cuando trabajo en consejería con un matrimonio:

1. El primer paso hacia la sanidad es buscarla. No importa quién hizo qué a lo largo del camino hacia el conflicto, el primer paso para sanar es ver hacia dentro. Nuestra tendencia humana de culparnos unos a otros y defendernos a nosotros mismos puede ser un gran inhibidor hacia la sanidad, porque es una actitud que delega la responsabilidad en lugar de asumirla. La pareja que toma en serio este punto da lugar a un cambio real y duradero.

Si te has visto constantemente señalando los defectos de tu pareja, y no te tomas el tiempo de reconocer tu rol en la relación, entonces hay una posibilidad de que el cambio que estás buscando no suceda por completo.

2. Tu pasado tiene más que ver con tu presente de lo que te imaginas. Esta ha sido la verdad más profunda que he presenciado a lo largo de mi carrera. Varias de las heridas y dolores de nuestro presente son cosas que no empezaron en nuestro matrimonio, sino que son patrones repitiéndose. Las cosas con las que te encuentras luchando más en tu relación casi siempre son cosas con las que has luchado en otros aspectos de tu vida, como sentimientos de abandono, inseguridades y necesidades de control, enojo, celos, o la incapacidad parade decir que no.

Las heridas de nuestro presente pueden estar enraizadas en nuestro pasado y se continúan externando en nuestro matrimonio. La hermosa noticia es que Dios puede USAR nuestro matrimonio para trabajar estas cosas en nuestras vidas y nuestros corazones y con ello traer sanidad. Nuestras mayores luchas se pueden convertir en nuestras mayores fortalezas, si hacemos las paces con ellas y se las entregamos a Dios. Él sabe qué hiere nuestro corazón, pero sobretodo, Él sabe qué lo sana.

3. Perdonar no significa olvidar. Constantemente en la Biblia somos llamados a perdonar. La única forma de ser liberados de las heridas en nuestro corazón es dejando que pierdan el poder que tienen sobre nosotros. Pero al final, el perdón no es para la otra persona, el perdón es para TI, porque te libera de la esclavitud de tu propia herida y dolor. El perdón nos permite dejar ir y movernos hacia la sanidad, al confiarle a Dios las heridas más grandes de nuestra vida. Somos llamados a tener gracia unos cona otros y  no aferrarnos a las cosas con enojo y amargura. Eso es el verdadero perdón, porque refleja el corazón de Jesús y es algo que necesitamos aplicar en nuestro matrimonio cada día.

Pero perdonar no es sinónimo de olvidar.

Hay un tiempo y lugar para olvidar, pero también hay un tiempo y lugar para recordar, porque recordar nos permite hacer las cosas diferente. Para la mujer cuya confianza ha sido traicionada una y otra vez por un esposo que continúa engañándola, para el esposo que está al borde del límite por los peligrosos arrebatos de ira de su esposa, para los patrones y hábitos problemáticos que están empezando a engranarse en nuestra relación: perdonar no significa olvidar.

Podemos perdonar, pero entonces la sabiduría nos llama a hacer las cosas diferente. La verdadera sanidad requiere que algo cambie, y ese cambio nos traerá un nuevo ciclo, a ver hacia nuestro interior. Es importante que reconozcas tu papel y respuesta en este tipo de interacciones y luego tomes los pasos necesarios para cambiar, porque al final del día, le enseñamos a los demás como pueden o no tratarnos (para leer más acerca de esto, lee el libro titulado Límites en el Matrimonio).

¿Qué pasó con Mark y Sherry? Bueno, su historia está llena de esperanza. Poco a poco empezaron a tomar responsabilidad de su propio quebrantamiento, en lugar de buscar las rupturas del otro. Y empezaron a sanar su matrimonio de adentro hacia afuera. Pero fue desordenado, difícil y definitivamente no pasó de un día a otro. La verdadera sanidad no es una acción de una sola vez, es un proceso.

Hay muchos componentes para la sanidad y el cambio en nuestro matrimonio y relaciones. Que Dios nos dé sabiduría para empezar cambiando las cosas que podemos, y confiemos en Él con las cosas que no.

Si tú y tu pareja quieren empezar a dar pasos hacia la sanidad, consideren encontrar una persona consejera que camine con ustedes esta travesía. Debra Fileta Counselors Network es una consejera profesional licenciada, con quien pueden reservar una sesión de 50 minutos como individuos o como pareja (en inglés).