¿TU PASADO TE ESTÁ RETENIENDO?

Pude ver la expresión de fatiga en la cara de McKenzie cuando llegó a la terapia ese día. Sus ojos cansados estaban acompañados por su agradable pero agotada sonrisa. Se sentía vacía y no sabía por dónde empezar. Se sentía desanimada y no sabía cómo recuperar la alegría. Ella había estado dando, y dando, y dando; había estado ocupándose de todo y de todos a su alrededor (sus padres enfermos, su hermano con problemas, los familiares solitarios), pero ahora sentía que no tenía nada más para dar.

McKenzie estaba luchando contra el agotamiento, la angustia y la depresión. Su vida se sentía estresante en todo momento, desde su trabajo hasta su familia y su ministerio.

Yo le pedí que me dijera cuándo había caído en el “papel de cuidadora”. Y ella respondió: “Supongo que he sido así toda mi vida (probablemente desde que era una niña). Al ser la mayor de cinco hermanos, con padres que se divorciaron, aprendí a cuidar de todos los demás… pero creo que nunca aprendí cómo cuidarme a mí misma”.

Con esas palabras, McKenzie acababa de dar unos pasos adelante sin siquiera darse cuenta, porque ella había comenzado a hacer conexiones que la llevarían a confrontar la inseguridad, el dolor y el rechazo de su pasado que aún la retenían aquí y ahora.

 

VOLVER HACIA ATRÁS PARA IR HACIA ADELANTE

No creo que la mayoría de las personas comprenda correctamente cuánto nuestro pasado influye en nuestro presente. Gran parte de cómo vivimos en el presente se ve afectada por la forma en que experimentamos la vida en el pasado.

Quien eras en el pasado impacta quien eres hoy. Lo que experimentaste en el pasado influye en quien eres hoy. Para bien y para mal, tu personalidad, tus experiencias, tus recuerdos de la infancia y la forma en que interactuaste con tus padres, amigos y familia se han unido para moldearte en la persona en la que te has convertido.

La historia de tu pasado da forma a la historia de tu presente. Muchas de nuestras historias vienen con alegría, buenos recuerdos y experiencias positivas. Pero otras historias están llenas de rechazo, abandono, miedo, abuso, adicciones y más. No importa de qué historia venimos, si no somos conscientes del pasado y de cómo este nos ha moldeado, al igual que McKenzie, nos encontraremos una y otra y otra vez atrapados en algunos de esos mismos patrones pasados.

RETROCEDER

Si alguna vez reservas una sesión de terapia conmigo, debes saber que vamos a pasar mucho tiempo hablando del pasado. De hecho, una de las primeras cosas que te pido que hagas durante nuestro tiempo juntos es que me escribas una línea de tiempo con los eventos importantes, que empiece desde tus primeros recuerdos y que contenga las experiencias que te hayan moldeado tanto para bien como para mal hasta la actualidad.

¿Por qué no te unes a este proceso conmigo? Imaginemos que estamos juntos en una sesión de terapia en este momento. Ve, toma tu computadora, un cuaderno o una hoja de papel y un bolígrafo, y escribe tu propia línea de tiempo. Piensa en las experiencias que realmente te hayan impactado, o incluso hayan cambiado el curso de tu vida desde la infancia hasta el día de hoy. Reflexiona en los altibajos significativos en tu vida que hayan influido en quién eres tú hoy.

Tal vez lidiaste con algunas ansiedades de la infancia. Quizás experimentaste el dolor de ver a tus padres pasar por un divorcio difícil. ¿Y qué del día en el que conociste a Jesús, esa increíble experiencia que te cambió la vida en el campamento de verano, de la iglesia? ¿Y qué de aquellas malas amistades que soportaste en la escuela secundaria? Podría haber sido cualquier cosa, desde lidiar con padres difíciles hasta asistir a una nueva iglesia o reprobar los exámenes de ingreso a la universidad. Podría haber sido la muerte de un ser querido o incluso un sueño no cumplido. Tal vez haya sido el aguijón de una relación tóxica, experiencias en tu matrimonio o lidiar con la infertilidad.

Hay muchas cosas que dan forma a tu vida y te llevan a convertirte en la persona que eres hoy. Tómate un tiempo para pensar en todas esas cosas y anótalas en una línea de tiempo que comience con tus primeros recuerdos significativos. Para que sea más fácil de visualizar, es útil dibujar una línea ascendente para las experiencias positivas a lo largo de la línea de tiempo y una línea descendente para las negativas. Si fueras mi cliente, comenzaríamos con esta línea de tiempo en nuestra primera sesión juntos, hablaríamos de cada evento importante, haríamos conexiones y analizaríamos el impacto y el significado que todo ha tenido en tu vida y desarrollo. Porque lo quieras creer o no, cada parte importa.

De vez en cuando, recibo algún cliente que prefiere no ir al pasado:

“¿Qué tiene que ver el pasado con lo que estoy pasando hoy?”, me preguntan.

“Todo”, respondo.

La persona promedio no comprende realmente cuán importante es su pasado en la formación de su salud emocional. Pero de verdad creo que la mayoría de los problemas que enfrentamos en el presente tienen sus raíces en las experiencias de nuestro pasado. Cuando nos enfocamos demasiado en el presente, sin mirar nunca al pasado, somos como un jardinero que está arrancando la parte superior de las malas hierbas sin sacar la raíz. Esto solo nos dará alivio a corto plazo. Esas malas hierbas volverán a crecer, a menos que podamos llegar al fondo de ellas.

En Filipenses 3:13, Pablo nos recuerda la importancia de olvidar lo que está detrás y esforzarse hacia lo que está delante. Nuestro problema como seres humanos es que no podemos simplemente "olvidar" a menos que primero reconozcamos, entendamos y aprendamos de nuestro pasado. Para que el pasado pierda poder sobre nosotros, tenemos que retroceder antes de poder avanzar. Tenemos que lidiar con el pasado para poder liberarnos del pasado.

 

ENFRENTARLO CONTRA QUEDARSE EN EL PASADO

Con frecuencia, nos quedamos atascados porque, en lugar de enfrentar al pasado, nos fijamos en el pasado. Recordamos, nos quedamos y nos obsesionamos con las cosas que deberíamos haber hecho, o hubiéramos hecho, o podríamos haber hecho de otra manera si tuviéramos otra oportunidad.

Enfrentar tu pasado no es lo mismo que quedarte en tu pasado... lo primero te hace avanzar, lo segundo te mantiene estancado.

Uno nos lleva a comprender cómo nuestro pasado nos ha moldeado y nos empuja para encontrar la libertad en la verdad de Dios; lo otro nos mantiene paralizados en la vergüenza y el lamento.

Uno mira hacia atrás intencionalmente para sanar; pero lo otro se obsesiona con quedarse allí, y causa más daño y dolor.

Mi pregunta para ti es esta: ¿Alguna vez te has tomado el tiempo para enfrentar tu pasado?; ¿o simplemente te has quedado y obsesionado con tu pasado?

La respuesta a esta pregunta lo cambia todo, porque retroceder puede ser precisamente lo que necesitas hacer para poder avanzar.

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**Da el siguiente paso: Si hay cosas en tu pasado que te mantienen atascado, piensa en reservar una sesión (en inglés) con un consejero de la Debra Fileta Counselors Network. Mediante los principios fundamentales de la Palabra de Dios, así como mediante métodos de consejería y psicología que cambian la vida, el equipo de Debra está dedicado a ayudarte a salir de cualquier problema personal o relacional que puedas estar enfrentando. ¡Aprende más o reserva una sesión hoy mismo!