TRES OBSTÁCULOS QUE TODOS LOS MATRIMONIOS DEBEN SUPERAR
El otro día le contaba a mi compañera de trabajo las historias de los primeros días de mi matrimonio. Fue uno de esos momentos que me hizo darme cuenta: "Guau, nosotros de verdad no teníamos las herramientas para construir un matrimonio exitoso en ese entonces, pero gracias a Dios las encontramos, porque donde estamos ahora ¡no se parece en nada a aquellos primeros días!".
Como pasa con muchas parejas, una de las temporadas más retadoras al principio de nuestro matrimonio llegó con el nacimiento de nuestra primera hija. Cuando tuvimos a Delani, mi cerebro de mamá estresada me convenció de que Ben quería volverme loca. Empecé a ser muy crítica de todo lo que él hacía o no hacía. Antes de que me diera cuenta, casi todo lo que yo le decía a él apuntaba a dónde él había fallado, qué se había olvidado o hecho de forma diferente a cómo yo lo habría hecho.
Incluso ahora, cuando Ben y yo hablamos de aquel tiempo, él me dice: «Hubo días en los que me pregunté: “¿Acaso le gusto?”». ¡Ay! Esos fueron unos años difíciles. Afortunadamente, con la ayuda de grandes personas a nuestro alrededor, nosotros empezamos a identificar los problemas que estaban dañando nuestro matrimonio, y a buscar las herramientas para repararlo y fortalecerlo.
La primera y más importante pregunta que nosotros aprendimos a hacernos a nosotros mismos fue esta: "¿Quién es mi consejero en este momento, el amor o el miedo?".
Mientras el miedo sea nuestro consejero, nosotros podemos conocer todas las herramientas relacionales del mundo, pero no seremos capaces de usarlas efectivamente. No reconoceremos los obstáculos que enfrentamos por lo que son. Escuchar al miedo me llevó a ver a Ben como un enemigo, no como un compañero. Yo tuve que enfrentar esa batalla interna para ignorar al miedo y escuchar al espíritu de amor, y así poder ver que "No eres un obstáculo en nuestro matrimonio; eres mi compañero para superar los obstáculos".
Cuando el amor es tu consejero, este te guía y te empodera para reconocer los 3 obstáculos principales que hay en el camino hacia un matrimonio exitoso, y a aprender a usar las 3 herramientas esenciales para superarlos.
OBSTÁCULO #1: LA DESCONEXIÓN
Priorizar la conexión es en lo que nos enfocamos más que nada por una razón: el mayor obstáculo en cada matrimonio no es el estrés por el sexo, las finanzas, las carreras o los niños; es la desconexión. Entonces la herramienta número uno que debemos utilizar en nuestro matrimonio es doble: mantener la conexión como nuestra prioridad y dominar el arte de la conexión.
En los primeros años de nuestro matrimonio, Ben y yo estábamos muy ocupados, yo con los niños pequeños y los trabajos extras, él con un trabajo a tiempo completo en el ministerio. Muchos días, gastaba mi energía en todo menos en mi esposo, pensando: "Él estará bien por hoy. Nos conectaremos mañana. Él es adulto y puede cuidarse a sí mismo. ¡Estos niños me necesitan!". Sin embargo, gracias a Dios muy pronto, vi cómo esto estaba dañando nuestra conexión. Yo me di cuenta que siempre necesité ver a Ben como mi primer objetivo, no el último. Desde que aprendí a poner nuestra conexión en primer lugar, toda nuestra familia mejoró.
Acerca de dominar el arte de la conexión… bueno, eso es un proceso de aprendizaje, y les puedo decir que ¡involucra mucho más que tan solo saber el lenguaje del amor de tu cónyuge! Lo más importante, sin embargo, es tan simple como no desistir de trabajar en este arte. Persigan activamente lo que significa querer la conexión, protegerla y hacerla crecer.
OBSTÁCULO #2: LA FALTA DE RESPETO
La falta de respeto es una vía rápida hacia la distancia y la desconexión. Cuando nos reunimos con matrimonios que han permitido, fomentado y protegido la falta de respeto en su comunicación, siempre están luchando por estar conectados. Por eso les decimos con respeto, pero con la mayor firmeza: "Si son irrespetuosos en cómo le hablan a su cónyuge, ¡deténganse ahora mismo! No nos importa cuál sea su excusa. ¡No hay razón para permitirlo en su matrimonio!".
Si la conexión es su prioridad, entonces deben comprometerse a mantener una comunicación respetuosa todo el tiempo; es decir, asegurarse de que todo lo que digan, y cómo lo digan, transmite el mensaje: "Tus pensamientos, sentimientos y necesidades importan, así como los míos". ("Mantén Encendido Tu Amor" es nuestro recurso favorito sobre la comunicación respetuosa. Si no lo han leído aún, les recomendamos conseguir una copia ¡de inmediato!).
Créanme… yo entiendo lo difícil que puede ser, especialmente cuando necesitan enfrentar un problema, dejar que el enojo, la frustración, la crítica y el juicio salgan por sus bocas. Pero también he aprendido por las malas que cuando permito que esto pase, no importa cuán presumida y justificada me sienta en el momento, esto nunca ayudó al crecimiento de nuestro matrimonio. Si no podemos comunicarnos de una forma que proteja la conexión, ¡es mejor alejarnos hasta tener algo útil que decir!
OBSTÁCULO #3: LA DESCONFIANZA
En toda relación, la confianza se construye intercambiando la verdad sobre las necesidades del uno y del otro, y satisfaciendo las necesidades del uno y del otro. La desconfianza, por otro lado, crece cuando no comunicamos ni satisfacemos las necesidades del uno y del otro.
La mayoría de nosotros llegamos al matrimonio sin saber cómo comunicar nuestras necesidades. Recuerdo la primera vez que a Ben se le preguntó: “¿Qué necesitas?”. Él se quedó atónito. Nunca antes había enfrentado esa pregunta y le llevó un momento encontrar una respuesta. Aún hoy, después de años de práctica identificando sus necesidades, le lleva más tiempo que a mí identificar qué está necesitando. ¡Pero él está comprometido a conseguirlo!
¡Y saber lo que necesitamos es solo la mitad de la batalla! La otra mitad es tener el valor de comunicar nuestras necesidades. Es vulnerable expresar: "Tengo una necesidad" y luego esperar que nuestro cónyuge quiera escuchar y satisfacer esa necesidad. Pero de nuevo, esta vulnerabilidad es fundamental para construir la confianza y mostrar el valor de nuestra relación.
Después de quince años de trabajar en esto, Ben y yo ahora sabemos cuáles preguntas hacer y cómo comprometernos de una forma que ayude a dos personas poderosas a ser parte del intercambio de necesidades. Esto ha profundizado la confianza, la conexión y la plenitud en nuestro matrimonio como ninguna otra cosa.
Cada pareja con la que trabajamos que escoge el amor por encima del miedo y usa estas herramientas ve crecimiento, victoria y transformación en su relación; tanto las que simplemente necesitan motivación como las que se sienten desesperadas por reparar su conexión. Por lo tanto, hayan estado casados por una semana o por veinte años, y aunque tu matrimonio esté saludable o luchando, los insto a que trabajen en priorizar su conexión, comunicarse de manera respetuosa y pedirse lo que necesitan. Trabajen juntos para superar la desconexión, la falta de respeto y la desconfianza, ¡y construyan un matrimonio duradero lleno de amor!