LO QUE DIOS DICE ACERCA DEL DIVORCIO

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Últimamente en el blog hemos dialogado sobre la importancia de los matrimonios sanos y su profundo impacto en la cultura actual. Me gustaría decir que la restauración de la familia y los matrimonios cambiará el mundo, definirá destinos y alterará el curso de la historia. Sin embargo, la desafortunada verdad es que hay muchos creyentes que han sufrido el dolor de matrimonios rotos, que finalmente terminan en divorcio.

Entonces, ¿qué decimos a nuestros hermanos y hermanas que han experimentado el desgarrador final de un matrimonio? La dificultad de hablar al cuerpo de Cristo sobre este tema es convencer a los divorciados de que son completamente perdonados y bendecidos por Dios, ¡sin darles permiso de rendirse a quienes están en matrimonios difíciles!

Me preocupa que, en nuestro celo por mantener unidos a los matrimonios -una acción buena y noble- hemos etiquetado a los divorciados como los leprosos de nuestros días y los hemos desterrado de la familia en la iglesia. En algunos círculos cristianos, el divorcio se considera el pecado imperdonable. Las personas divorciadas son tratadas como si tuvieran una plaga: no pueden servir en la iglesia y no se confía en ellos. No estoy de acuerdo con exiliar a un tercio de la iglesia al castillo de hielo de la vergüenza simplemente porque han fallado en un área de la vida. Es nuestro llamado y responsabilidad como Cuerpo de Cristo redimir y restaurar dentro de la iglesia a cualquiera que haya pasado por un divorcio.

POR FAVOR NO LO MALINTERPRETES

El Evangelio siempre es redentor porque Jesús murió para redimir a la humanidad de todos nuestros quebrantamientos. Por lo tanto, cada vez que aplicamos las Escrituras de una manera que no es redentora, que no crea desesperanza, o que reduce el destino de una persona a su historia, ¡hemos perdido el punto del Evangelio! Esto puede plantear grandes desafíos cuando la Iglesia tiene la responsabilidad de amar a las personas en situaciones difíciles sin defender opciones que Dios no apoya.

No creo que el divorcio esté "bien" y no estoy diciendo en absoluto que si tienes un matrimonio difícil debas rendirte. Me encanta el matrimonio y he estado felizmente casado durante más de 40 años. Por favor, escúchame. Mi hijo se divorció y fue una de las experiencias más dolorosas por las que ha pasado mi familia. ¡Fue realmente insoportable!

Así que personalmente entiendo que cuando Dios dice que no debemos divorciarnos, es porque quiere protegernos de la angustia y dolor. Cuando Dios dice "no" siempre hay una razón. Así que permítanme ser claro:

1. Estoy totalmente en contra del divorcio. El matrimonio es un pacto que se hace para toda la vida.

2. El matrimonio no es algo que se prueba para ver si son compatible. Trabajan en ello todos los días porque hicieron un pacto; entraron en esta relación para para la vida el uno por el otro.

3. Los psicólogos dicen que el divorcio es la segunda cosa más estresante que se puede experimentar en la vida, situándose justo por debajo de la muerte de un hijo.

4. Divorciarse porque uno no es "feliz" suele ser el comienzo de un descenso a un pozo tan profundo del que será necesario un acto de Dios para recuperarse.

5. Mi hijo se divorció y eso casi lo destruye a él, a sus hijos, a Kathy y a mí. Estuve seis meses tumbado en el sofá, deprimida e incapaz de funcionar. El estrés hizo que mi hijo tuviera síntomas similares a los de la esclerosis múltiple durante cuatro años y, lo que es más importante, causó un daño indescriptible en mis nietos. Afortunadamente, diez años después, todos nos estamos recuperando. ¡Gracias  Jesús!

6. Cuando Dios dice cosas como "NO" o " No lo hagas", siempre es porque el pecado lastima a las personas. Dios no está tratando de controlar a la gente o no nos habría dado libre albedrío o provisto opciones (como plantar dos árboles en el jardín).

Así que la idea de que yo alguna vez haría algo para promover el divorcio sería ridícula e insultante. He pasado mi vida ayudando a salvar matrimonios, restaurar relaciones y empoderar a las personas para que vivan en un pacto con alegría y paz.

Ahora que entiendes que soy un gran fan del matrimonio, tenemos que echar un vistazo a cómo tratamos a los que fracasan en él. TODOS hemos fallado en algún momento de nuestras vidas, ¡y aún así Dios nos usa y nos redime! De hecho, ¡casi la mitad de la Biblia fue escrita por asesinos!

NO HAY RESPUESTAS FÁCILES

Este es el reto: sólo en Estados Unidos hay millones de personas divorciadas y que se han vuelto a casar. En mis primeros 3 años como pastor en la Iglesia Bethel, fui uno de nuestros principales consejeros matrimoniales. Tuve un promedio de 6 citas al día, 3 días a la semana, durante todos esos años. Comencé esos años con perspectivas dogmáticas, todo era blanco o negro, sobre muchos temas, pero especialmente sobre el matrimonio y el divorcio. El problema era que mis simples perspectivas teológicas eran irrelevantes para muchas de las complejas situaciones que me encontraba tratando de resolver.

Veamos un ejemplo práctico: Digamos que John y Beth se divorcian por razones no bíblicas. Pasan los años y Juan se vuelve a casar y tiene dos hijos con Ana. Mientras tanto, Beth se vuelve a casar con Tom, que también está divorciado y su ex-cónyuge se ha vuelto a casar. Ahora Beth y Tom llegan a mi consulta con graves problemas matrimoniales y, por cierto, han tenido dos hijos biológicos desde que están casados hace unos años. ¿Cómo se ven para ellos el perdón y el arrepentimiento? ¿Cómo pueden sentar las bases para empezar de nuevo?

Les digo...1. Ambos están cometiendo adulterio por lo que necesitan pedirle perdón a Dios. Pero también tienen que entender que Dios no les ayudará a restaurar su relación porque ambos han pecado contra el cielo, así que vivirán el resto de sus vidas sin la bendición de Jesús en su relación.

2) Los dos deben pedir perdón a Dios y dar fruto de arrepentimiento divorciándose el uno del otro. El único matrimonio que Dios puede bendecir es su primer matrimonio, por lo tanto debe convencer a su cónyuge original de que se divorcie de su cónyuge y se reconcilie con usted. Entonces les ayudaremos a encontrar la manera de integrar a sus dos hijos en sus familias por medio de la custodia compartida.

O quizás les diga...

3) Los dos tienen que arreglar las cosas con Dios porque están viviendo en adulterio. Por lo tanto, deben divorciarse y compartir la custodia de sus hijos.

O tal vez mi cuarta opción es decir...

4) No hay solución divina a tu problema. No importa lo que ustedes dos hagan, nunca podrán ser bendecidos aunque estén perdonados. ¡Los dos lo estropearon todo y deben vivir con ello!

Este es solo uno de los escenarios más comunes que enfrenté semanalmente como consejero y pastor. Si usted piensa que esto es raro entonces es porque no ha hecho mucha consejería. A través de esta experiencia aprendí que es fácil tener respuestas dogmáticas a problemas que uno mismo no tiene que enfrentar. Desgraciadamente, el mundo es mucho más complejo de lo que un solo principio puede resolver.

¿LE ESTAMOS DICIENDO A LA GENTE QUE LA UNIÓN LIBRE ES MEJOR QUE CASARSE?

Sigamos analizando cómo enfocamos el divorcio...

Si decimos que no puedes volver a casarte después del divorcio, ¿tienen ventaja las personas que viven juntas en vez de casarse? Si Steven convive con cuatro personas diferentes durante 15 años y finalmente decide sentar la cabeza y casarse, ¡la Iglesia lo celebra y celebra el hecho de que finalmente "lo ha entendido"! No se le trata con vergüenza y juicio, sino más bien con alegría y celebración.

Pero ¿por qué no podemos aplicar esta misma celebración a alguien que intentó con todas sus fuerzas hacer lo correcto (casarse en lugar de simplemente vivir con alguien), a alguien que fracasó (como todos hacemos y hemos hecho en la vida) y que luego quiso hacer lo correcto y hacerlo mejor la segunda vez y casarse de nuevo? ¿Ves la boble moral aquí? Cuando los cristianos no pueden encontrar una regla en la Biblia que se aplique a una situación, ¡a menudo no saben qué hacer! Sin embargo, la doble moral es injusta y no es una respuesta apropiada a este desafío.

ENTONCES ¿CUÁL ES LA RESPUESTA?

Jesús tiene una respuesta para cada situación. No hay persona, ni relación, ni situación que sea tan mala o tan compleja para la que Él no pueda crear una solución redentora a partir de ella y que definitivamente, conducirá a la alegría y a la paz para aquellos que permanecen arrepentidos y humildes. El evangelio siempre es redentor porque Jesús murió para redimir a la humanidad de todo su quebranto.

Si no podemos encontrar una respuesta en blanco y negro a nuestros desafíos en la Biblia, ¡entonces tenemos que volver a nuestros valores fundamentales de quién es Dios y empezar a pensar desde el corazón de Dios! Él es un Redentor que pagó el precio más alto para hacer belleza de las cenizas de nuestras vidas.

Si alguna vez te has divorciado, ¡te bendigo y te digo que estás perdonado! Que la misericordia y la gracia fluyan en tu vida ahora mismo. Te libero de cualquier cosa del pasado a la que te estés aferrando y te animo a dejarla ir hoy. Aplico la sangre de Jesús a ti, tanto si el pecado fue contra ti como si fuiste tú el que pecó, y digo que ahora estás limpio y eres hecho nuevo. ¡No eres un leproso! ¡El divorcio no es el pecado imperdonable! Y si Dios puede usar asesinos para escribir la Biblia, ¡ciertamente puede perdonarte y recomisionarte!

Si estás leyendo esto y nunca te has divorciado, quiero desafiarte a que te arrepientas de cualquier juicio que hayas guardado en tu corazón y pídele a Dios que te ayude a tener SU perspectiva acerca del divorcio. Seamos la clase de hermanos y hermanas que aman, dan la bienvenida y apoyan a su familia en la libertad y redención que Jesús pagó para que TODOS NOSOTROS tuviéramos.

Sé que esto es a menudo un tema delicado para hablar y no pretendo abordar toda la situación en una sola publicación del blog, así que quiero animarle a revisar mi podcast llamado Life after divorce (disponible únicamente en inglés). Puedes escucharlo aquí, en iTunes, Spotify o Google Play.