Pornografía Emocional
Me intriga mucho cuánta atención negativa recibe la pornografía en las comunidades cristianas, mientras que el concepto de “pornografía emocional” no pasa por la cabeza de nadie.
Recientemente, me preguntaron mi opinión sobre el programa de televisión “El Soltero” (The Bachelor). Si no sabes nada sobre esta serie, es un reality show que sigue a un joven apuesto en su búsqueda por una “soltera” ejemplar para que sea su esposa. Se le presenta un grupo de mujeres entre las que puede elegir y se pasa el resto de su tiempo en el programa seduciendo, besando, romantizando, ilusionando y creando vínculos emocionales con cada una de estas jóvenes solteras, todo mientras escoge cuál de ellas será el amor de su vida (por lo general después de haber estado besándose con una chica diferente la noche anterior – porque eso grita “amor verdadero”, ¿no es así?).
Cada vez que me preguntan qué opino sobre este tipo de entretenimiento – ya sea un libro o un programa de televisión – mi respuesta se resume en dos palabras: Pornografía Emocional.
¿Qué es la pornografía emocional? Si bien no quiero ser legalista en cuanto a las cosas que “podemos” o “no podemos” ver como cristianos, realmente creo que hay partes sobre la idea de la pornografía emocional que pinchan como un aguijón, porque apuntan hacia el centro de un problema subyacente que suele ser ignorado.
Para entender a qué me refiero, primero hablemos del concepto de pornografía sexual y sus efectos negativos:
La pornografía sexual se define como sacar actos sexuales de su contexto natural y mostrarlos de una forma irreal para satisfacer un placer egoísta. Implica crear a un individuo para que viva dentro de las paredes de una fantasía, verse excitado por personas, cosas y situaciones que en realidad no existen. Fusiona las expectativas poco realistas de una persona con sus respuestas físicas, envenenando su mente y su corazón.
Sé que como cristianos, solemos considerar al deseo sexual como el peor de los pecados. En la comunidad donde crecí, las películas y series con cualquier tipo de escena de contenido sexual eran instantáneamente prohibidas.
Pero, ¿Y si nuestra respuesta emocional es igual de importante para nuestra integridad sexual que nuestra respuesta física? ¿Y si nos hemos enfocado tanto en nuestro deseo sexual que nos hemos olvidado de la importancia del deseo emocional?
Porque ese mismo veneno puede impactar nuestro mundo emocional.
¿Y si todo lo que miramos puede alimentar nuestro corazón de mentiras sobre expectativas irreales, haciéndonos vivir en un universo de fantasía que termina impactando en nuestras relaciones reales?
¿Qué sucede si las películas, series y libros que nos entretienen nos están haciendo ser atraídos emocionalmente a personas, situaciones y cosas que en realidad no existen?
¿Estamos creando expectativas poco realistas y poco sanas sobre el amor y el romance con todo aquello que llamamos entretenimiento?
Quizás es tiempo de reconsiderar las cosas que permitimos que entren a nuestra mente e influencien nuestro corazón. Quizás es hora de enlistar las cosas que nos permitimos absorber y preguntarnos ¿qué sed es la que tratamos de saciar en nuestras vidas? ¿Estamos saciándola correctamente?
¿Acaso buscamos intimidad? ¿Amor? ¿Afirmación?
Lo más peligroso sobre la pornografía emocional y sexual es que cuando vivimos en esas cuatro paredes de fantasía, estamos quedando vulnerables ante el fracaso en nuestra realidad.
Cuando vivimos en la fantasía, dejamos de vivir de verdad.
Comenzamos a redefinir nuestros estándares de amor y afecto con la vara del deseo y el placer. Comenzamos a establecer expectativas irrealistas y poco sanas sobre nosotros mismos y nuestras parejas…y lentamente nos hundimos en el pozo del descontento y desánimo con nuestra realidad.
Es como tratar de disfrutar de una fruta tras haber devorado un puñado de dulces. De repente, lo que solía ser dulce ha perdido su dulzura. Lo que solía satisfacernos ya no nos atrae. Y al final del día, tal como no puedes vivir de caramelos y golosinas, no puedes vivir de manera abundante en un mundo de fantasía.
La realidad siempre ganará.
Amigos, hemos sido creados para disfrutar placeres emocionales y sexuales en un contexto de nuestra vida real y dentro de las paredes de una relación real. No anestesiemos los sentidos que Dios nos ha dado dejándonos llevar por placeres momentáneos o expectativas irreales.
Has sido hecho para mucho más que eso.